El fin de semana salimos, de izquierda a derecha, con: Virginia, Graciela, Cecilia y Paula en nuestra primera expedición formal para documentar lo que queda de las traperas. Salimos cargadas de cámaras, grabador y montones de entusiasmo. Tuvimos un éxito fabuloso, conversamos con seis mujeres que nos abrieron sus puertas generosamente. Además hicimos contactos para otras cuatro entrevistas. Fotografiamos unas 10 traperas. Escuchamos historias sobre inviernos fríos, abrigados con los recursos que había a mano. Sin tiendas donde surtirse de abrigo, las traperas eran hechas desarmando buzos viejos y cosiendo capas y más capas de ropa en desuso. En varios casos la colcha empezaba con una bolsa de arpillera. Pensar que hoy esas bolsas no se usan más ya que se sustituyeron por bolsas de plástico que ensucian menos la lana. Las niñas eran las encargadas de hilvanar los trozos de tela sobre la bolsa de arpillera con una aguja de colchonero. El hilo era piola de algodón de bolsas de harina o, en el Polonio, hilo de seda que se usaba para remendar redes de pescar. En todos los casos son pesadas, como para meterse abajo y no moverse hasta la mañana siguiente.
El fin de semana fue frío, lluvioso y lleno de magia. Visitamos Castillos, Puente del Arroyo Valizas y Cabo Polonio. Próxima parada Colonia Valdense.
1 comentario:
Oi Cecília, Parabéns pela iniciativa de vocês, uma pesquisa histórica e social da região de vocês, com um enfoque no artesanado do quilt.
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