Este mes de julio viene muy benigno, hay mucho sol y un calorcito disfrutable. El clima no invita a coser asi que estoy demorando los bloques del intercambio. Si invita a estar afuera y respirar hondo.
Como las últimas semanas fueron las vacaciones de invierno tome tiempo para estar un poco en casa. Aproveché las dos mañanas de los viernes para seguir mi entrenamiento.
Sali hacia la rambla de Montevideo desde el km 9 al 0, osea desde Playa Pocitos hasta el Puerto de Montevideo. El viernes pasado tuve la fortuna de que Guille (mi hijo mayor, 19) me acompañase. Volvimos a casa con el tanque vacío, pero satisfechos.
En este recorrido es notable como uno pasa por las distintas personalidades de la ciudad. Pocitos es cosmopolita, edificios con un aire pudiente, veteranos con championes importados y perritos con nombre y apellido. Ramirez es más humilde, Barrio Sur vacía porque el viernes por la mañana hay que trabajar, sobre la Ciudad Vieja y el Puerto pescadores pueblerinos con todo el tiempo del mundo, edificios tipos soviéticos que no se dan cuenta de la fortuna de un horizonte de mar y autos de aspirantes a ejecutivos que no quieren pagar estacionamiento cerca de la oficina.
Luego de esa pausa para gastar otro poco los championes, de vuelta estoy en el mundo de la semilla, las normas, los estándares y las relaciones multi-inter-poli-instituciopersonales.
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